miércoles, 26 de agosto de 2015

Se encadena y pide a la CNDH que eleve su caso al Senado



Ciudad de México.- Hace tres años, Marco Antonio Castillo se encadenó a un árbol ubicado frente a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, para reclamar la intervención de este organismo ante las presuntas irregularidades cometidas por las autoridades de Yucatán al investigar la muerte de su hijo, José Felipe, ocurrida en julio de 2011.

En aquella ocasión, la CNDH decidió ejercer su facultad de atracción sobre este caso, logrando así que el padre del menor retirara su protesta de la fachada de sus oficinas centrales, y luego de dos años de indagatorias, el ombudsman nacional determinó en 2013 que, efectivamente, la Fiscalía General de Yucatán había incurrido en faltas graves al investigar la muerte de este menor.

Entre otras anomalías, la CNDH concluyó en 2013 que el gobierno de Yucatán había presentado un reporte forense alterado, para sustentar la hipótesis de que el joven se había quitado la vida por voluntad propia, descartando de antemano la posibilidad de que fuese víctima de un homicidio.

Las irregularidades de esta autopsia son varias: se asegura que el estudio forense fue realizado a una persona con un nombre distinto al del adolescente fallecido; además, no incluye golpes y lesiones que el peritaje fotográfico sí registra en el cuerpo del menor; y, finalmente, la misma Fiscalía de Yucatán reconoció que el médico que supuestamente realizó el estudio nunca ha trabajado para la institución.

Además, la CNDH confirmó que los agentes encargados de esta investigación robaron y desaparecieron distintas evidencias del expediente, tales como el peritaje fotográfico que se hizo a las heridas presentes en el cuerpo del menor –lesiones defensivas en manos, y una lesión de 20 centímetros en la base del cráneo–. Además, los agentes yucatecos robaron la ropa que portaba la víctima, antes de que se hicieran pruebas a esta evidencia; y se robaron también el celular del menor.

Por estas anomalías, la CNDH concluyó en septiembre de 2013 que las autoridades de Yucatán violaron los derechos de la familia Castillo a la legalidad, a la seguridad jurídica, al trato digno, a la verdad, así como a la debida procuración y acceso a la justicia, y ordenó al gobernador de esa entidad, Rolando Zapata, corregir todas las anomalías presentes en esta investigación, y le otorgaba un plazo de 15 días para entregar pruebas de cumplimiento.

Dos años después de que fuera emitida esta reconvención al gobierno de Yucatán, nada fue cumplido. Por eso, el señor Marco Antonio Castillo este martes, 25 de agosto de 2015, se presentó nuevamente ante la CNDH, y se encadenó del cuello a esta institución, en demanda de que eleve al Senado este caso de incumplimiento, para que sea el Poder Legislativo el que llame a cuentas al gobernador yucateco, tal como dicta la norma en estos casos.

“No me moveré de aquí hasta que haya una solución”, advirtió el padre del menor, con un candado cerrando un extremo de la cadena alrededor de su cuello, mientras el otro extremo se mantenía fijado, con un segundo candado, a las rejas de la institución.

Fuente: Animal Político 


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